jueves, 22 de diciembre de 2016

De tú a tú

Nadie vive en libertad, aunque esté fuera de las rejas.
Las putas cadenas ya nacen hasta de las flores.
¿La paciencia? La paciencia se estira hasta no tener límites. Pero mis pies sí los tienen, han dejado de caminar.
Por mucho que grito no se me escucha. Se me entiende de sobra, pero no se me escucha.
La elección hace tiempo que no forma parte de mi vida.
No hay ningún lugar seguro.

Pero sigo bailando,
sigo creyendo en el futuro con la ilusión de un niño.

Al menos, las bombas ya no son la banda sonora de cada día, aunque todos los días en mi cabeza vuelven a sonar.

Pero sigo siendo yo. Aunque no sé cuánto aguantaré siéndolo.

Aún me queda depender de mucha gente que no conozco para comer, para vestirme e incluso para tener el techo y las mantas que siempre ofrezco con el cariño de un hogar.

Aún me quedan muchas horas de calle que yo no he escogido tener.
Aún me queda echar de menos y seguir luchando.
Aún me quedan tantas miradas de superioridad de personas que nunca vivirán ni un cuarto de hora de mi camino para llegar hasta aquí.
Personas que dejan de serlo cuando cierran las puertas...

Pero yo no me cansaré nunca de abrirlas.